En el blog pasado, escribí sobre un papel que iba pegado en la micro acerca de un señor perdido que se llama Jaime Rudecindo... ATENCIÓN...
Resulta que hace unos días atrás no más, ni una semana que conocí a un chiquillo llamado Juan, que vende enciclopedias justo al frente del mesón de Bosquemar y además se dedica a enseñar a bailar salsa, que en una tarde de brutal aburrimiento nos pusimos a conversar, mientras yo escribía miles de cosas en el cuaderno de visita.
Resulta que ayer me pegué un paseo por el Supermercado donde se encuentra el stand y estaba Juan en el puesto de las enciclopedias. Pero mi sorpresa fue cuando me comentó que había leido este blog, con la extraña sorpresa de que ese señor el cual imaginé si podría reconocer, ERA SU TÍO!!!!!!!
Se dan cuenta lo chico que es este mundo?
No!
Más bien lo chico que este Urano
viernes, abril 25, 2008
Mi pequeño Urano
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lunes, abril 21, 2008
El Regreso III
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jueves, abril 10, 2008
Son cosas que pasan
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martes, abril 08, 2008
Sabía usted...?
Que a veces dan ganas puro de morirse?
Y que pequeñas cosas pueden pesar demasiado?
Contradictoriamente, pienso que el acercarse gratuitamente a la muerte me perece idiota.
Pero igual a veces dan ganas de morirse.
Publicadas por Carla a la/s 10:33 p. m. 2 comentarios
Sensaciones
Si bien es cierto la música puede erizar... no hay nada que me haga tener tan variadas sensaciones como Gonzalo Aloras... que sin duda es un grande de la música. O que me haga gritar tanto como lo hace la música de Charly... y Fito... grande Fito que sos divino. Y así podría seguir con varios argentinos más, pero me quedo con mis favoritos.
PD: Dedicado a todos los locos cuerdos del planeta (me incluyo)
Publicadas por Carla a la/s 10:29 p. m. 0 comentarios
lunes, abril 07, 2008
Sabía usted...?
Que la diferencia entre el buey y el toro es que el primero está castrado y por ende posee más fuerza que el segundo?
Bueno, todos los días se aprende algo nuevo.
Publicadas por Carla a la/s 10:12 p. m. 1 comentarios
domingo, abril 06, 2008
Subir o no subir..... esa es la cuestión...
Eran las 10:50 de la mañana, me bajo de una micro que venía repleta de gente, apenas y toqué el timbre. Más encima me equivoqué de paradero, así entre señales de humo le pedí al chofer que siguiera su camino y me dejara en el próximo paradero, jejeje.
Me bajo de la micro y cacho el piquecito que me tengo que mandar a la costa pa llegar a mi lugar de trabajo... wow!! deveras que hay que caminar más que la chucha. Pensé.
Pero bueno, le doy pa delante no más y camino sin mirar atrás.
A 4 minutos de llegar para un auto a mi lado... era la Marcela, shita que tengo suerte dije yo, porque esos cuatro minutos caminando a paso de gacela, que corresponden a 700 metros aprox de distancia.
Llegamos a tiempo gracias a dios porque con esa caminatita habíamos llegado todos estos días más atrasadas que la chucha. Pero menos mal justo hoy llegamos a las 11 puntuales y la jefa no había llegado, pero igual llamó, asi que húu.
Poco a poco empezó a llegar gente para visitar los departamentos:
- Bienvenidos, cómo están? (esa es la primera pregunta que hago, pa cachar con qué ánimo vamos a subir los 5 pisos a pata pa ver los departamentos piloto)
- ¿cómo supieron del proyecto? ¿vienen de la feria inmobiliaria? (pa cachar si tenían las cosas claras o no)
Y así debo haber subido por lo menos unas 15 veces esas escaleras que nos llevan a los pilotos.
Ya eran como las 5 y taba que me re-cagaba de hambre, así que empecé con la maldita discriminación, cuál vendedor hace su pega.
Ahora el tipo de preguntas cambiaron:
- ¿qué tipo de departamento es el que quieren visitar?
- ¿contemplan de 2 o 3 dormitorios?
- ¿prefiere con vista al mar o a los pinos?
- ¿lo quiere para vivir o para invertir?
Y finalmente.... la más letal de todas las preguntas discriminatorias:
- ¿cuántas UF tiene contempladas pagar por un departamento como estos?
Entonces así cachaba específicamente dónde guiarlos para que visitaran sólo lo que está dentro de sus espectativas como consumidor. (En ese momento me consideraba a mí misma como una perra mala gente, que no quiere mostrar todos los pilotos. Pero buta que tenía hambre, y si subía una vez más la escalera sin un bocado en la boca... me desmallo de la debilidad)
Poco a poco la afluencia de gente comenzó a disiparse. Así que apenas caché que trajeron el microondas me metí rápidamente, cual buitre tras la carroña a calentar mi comida, mientras mascaba una manzana royal gala que había traido de postre.
Ufff, que rica estaba la comida... mi favorita... salmón con salsa blanca y verduras. En realidá si hubiese sido cualquier huevada ensebollá, la habría saboreado igual.
Ya no había casi nada de gente, así que me relajé después de la comida, igual fue bacán comer a esa hora, porque me carga andar con la guata saltona con comida.
Ahora viene lo bueno,
no sé cuénto me esforcé mostrando los pilotos, pero la Jefa de ventas quedó re-contenta, por lo que me pidió que fuese la pilotera oficial. Acepté encantada porque quiero ganar plata y juntarla ojalá toda para viajar y recorrer este verano. Espero alguien me siga en las aventuras. Y si nó... filo no más.
Y eso po!
Felíz igual, aunque fue un día agotador.
Salí a pasear a la Blackie en la noche, sirvió pa despejar la cabeza un rato.
Publicadas por Carla a la/s 10:49 p. m. 0 comentarios
sábado, abril 05, 2008
Maria Gabriela Epumer // Despacio
Pucha que lastima que haya existido gente con tanto talento...
Publicadas por Carla a la/s 10:48 p. m. 0 comentarios
miércoles, abril 02, 2008
Conductas del consumidor :S
Como estoy trabajando para Bosquemar, situada en un stand a los pies de las cajas de un reconocido supermercado donde vivo. Me abstraje unos instantes para mirar las actitudes que tienen algunas personas cuando han acabado de pagar y lo que observé fue lo siguiente:
Un hombre con extrema delgadéz que llevaba un bebé en brazos, un hombre calvo con cara de caliente, otro hombre calvo, pero éste tenía cara de buen marido. Otro señor que llevaba a su esposa de la mano hasta que sus hijos le pidieron hacer carrera al trote y se dió cuenta de que su físico ya no está tan apto como el de sus hijos para correr. Gente falsamente deportista, que anda con buzo y zapatillas, pero se nota que no pegan un trote ni para alarma de tsunami. Sale un viejito lateado por tener que acompañar a la señora al super.
También por ahí apareció el indeciso, mira a todos lados tratando de acordarse qué era lo que tenía que comprar. El justito, andaba con el sencillo justo para pagar (hasta los 3 pesos), cosa que también he hecho. El soltero, compra pura cosas para cocinar rápidamente y artículos de limpieza. La pareja buena pal dulce, llevan puras golosinas.
No falta el guardia jote, que ya me ha visto otras veces en el stand, pero ahora no para de mirarme...
Tampoco falta el que se va mirando la boleta para cachar en qué diantres gastó tanta plata. Otro es el cargado... nunca pensó que se volvería para la casa con tanta bolsa, de las cuales un 60% corresponden a compra impulsiva. El pesao! compra 3 cosas y paga con cheque... cosa que retrasa la fila... nadie puede... y a raíz de esto no falta el o la reclamona que discute porque la fila no avanza, y eleva el tono de voz para que escuche el que está pagando con cheque.
El que viene con las bolsas de supermercado de la competencia y las deja en custodia antes de pasar a comprar el resto. El que no le gusta usar el canasto y llega a la caja con todas las cosas en la mano. La pareja de adultos mayores que vienen a comprar un dulce para tomar tecito. El lolito que compra un container de jugos en polvo y un par de prestobarbas. Detrás de este lolito apareció la exagerada que por 4 bolsitas sacó el carro al estacionamiento.
Y así es 30 minutos en un supermercado.
Publicadas por Carla a la/s 11:05 p. m. 2 comentarios
Regreso II
Mucho frío y yo desabrigada otra vez... nunca le apunto al clima. Pero por fin pasa el San Remo. Subo, pago y me aplico a cerrar toda ventana que estuviese abierta cercana a mi asiento.
Como no acostumbro a hacerle caso a Don Graf, me senté en la última corrida de asientos porque desde ahí hay una vista panorámica para ir mirando y escribiendo. Cerca de mi asiento iba sentado un pololo tomándole fotos a su polola, la cual al parecer no quiere ser fotografiada.
En eso!.... -Helado, heladito, helado!! Helado, heladito, helado!!
Con el frío que hace debiéran vender algo calórico... o café. Pensé.
Además estos vendedores de micro si que son aguja. No paran de gritar lo que están vendiendo hasta que le compre alguien. Esa es una de las cosas que más comparé cuando fui a Saturno. Los vendedores de allá como que no están ni ahí si les compran o no.
Detrás del vendedor se sube un joven de pelo liso y largo, pero sin gracia alguna. Definitivamente el pelo largo no se le vé bien. Como que tiene cero sentido del look, porque la camisa abierta que trae sobre una polera en colores que no combinan, tampoco fue una buena opción para que se vistiera hoy.
Justo al lado mío se sienta un joven, si digo que venía hediondo sería poco. Va absolutamente fétido, es como un aroma a ácido. Como si no se hubiese lavado ni la cara en la mañana o simplemente almorzó alguna chatarra que le hace venir con ese hedor de quesillo descompuesto.
Dos señoras intentan subir un coche, pero la micro vienen llena y el coche no cabe, así que las dos señoras desistieron de la idea. Mientras tanto yo, apernada en el último asiento al lado de la ventana, diagonal a la puerta trasera de una pequeña micro de Concepción, con toda la panorámica para observar a la gente que comparte la misma micro que yo (y a la que va afuera también)
Tengo hambre, pero no he tenido tiempo para comer, y ya son como las 5 de la tarde. Lo único que quiero es llegar a mi casa para hincar el diente a ese salmón que está en el refri.
Pasamos por la esquina en la que una vez estuve con Janito esperando su hora del dentista. Es difícil expresar lo que siento, porque me dan ganas de llorar o más bien ganas de que me atropelle la misma micro en la que voy. me parece imposible que ya no esté viviendo. Sé que es un sentimiento suicida a cagar, pero es esa la sensación que me da cuando me acierdo de Janito. Y pienso en tantas cosas... que el resto debe pensar que son webadas, pero yo nó. No sé. El tema me confunde.
Aun tengo hambre.
El chico del hedor que va a mi lado, todavía no se baja... ha de ser por eso mi laguna mental anterior. Mientras el chico busca y busca, me mira pa cachar qué mierda estoy escribiendo... seguro que debe estar más metido que colaless. Debe pensar que estoy rallada por ir escribiendo arriba de una micro, y más encima en el último asiento. De hecho tal vez si estoy rallada, pero no me interesa. Todavía tengo hambre y sólo pienso en el salmón.
Publicadas por Carla a la/s 3:59 p. m. 0 comentarios