sábado, diciembre 29, 2007

Mi señor Don Quijote

Alguna vez un hombre me llamó Margarita, tan solo mirando lo que soy por dentro. Me quiso, a pesar de todo lo que soy y además amó mis imperfecciones. Las dibujó para mí mil veces.
Vió mi yo interno... a la Carla que va por dentro, no la que lleva las corazas y escudos de guerra. Logró ver en mí una margarita... blanca, tierna, amable, docil, pura, conpemplativa, paciente, radiante, y quién sabe qué más.
Yo no lo ví sino hasta que lo perdí, tal como Aldonza y su señor Don Quijote.
Su paso por mi vida fue la mejor enseñanza que he tenido hasta ahora, un hombre que no fue más que un Don Qujite para mí.
Tal vez ya nadie me llamará así, y no quiero perder las esperanzas en que alguien más me puede ver como una Margarita... una margarita izquierda.
Más claro que esto no puede ser que...

"El sueño imposible"

Con fe lo imposible soñar
al mal combatir sin temor
triunfar sobre el miedo invencible
de pie soportar el dolor

Amar la pureza sin par
buscar la verdad del error
vivir con los brazos abiertos
creer en un mundo mejor

Es mi ideal
la estrella alcanzar
no importa cuan lejos
se pueda encontrar
luchar por el bien
sin dudar ni temer
y dispuesto al infierno afrontar si lo ordena el deber

Y yo se
que si logro ser fiel
a mi sueño ideal

estará mi alma en paz al llegar
de mi vida el final

Y será este mundo mejor
si hubo quien despreciando el dolor
combatió hasta el último aliento
Con fé a la estrella alcanzar.





miércoles, diciembre 26, 2007

Mi vida en el tatami

Para quienes siguen las lecturas en mi blog, ya sabrán que entreno AIKIDO, compuesto por un grupo de personas muy amenas y que disfrutan del compañerismo que se vive dentro y fuera del dojo. Llevo aproximadamente 8 meses entrenando y la verdad es que lo paso de maravilla, aunque a veces llegue un poco adolorida o con uno que otro moretón.

Me gustaría plasmar aquí una frase que salió de mi boca no hace mucho.
Un día llegaba de entrenamiento, me quité la chaqueta y mi madre vió un moretón que de asomaba por mi codo. Me preguntó: -por qué motivo entrenas algo que te deja con esas marcas??-. A lo que yo respondí: -a veces la vida te da golpes, más fuertes que esto.

El motivo porque entreno AIKIDO no es muy claro, pero lo que si tengo claro que la vida puede darnos bofetones, que son capaces de voltearte y tirarte al suelo, y en el tatami al menos he aprendido a pararme.
Le he tomado mucho amor a esta disciplina, porque me ha enseñado... me ha enseñado que no hay que desgastarse innesesariamente, sino tomar esa misma energía y hacerla fluir. Y qué palabras más sabias que su significado...AIKIDO... el camino de la armonía con energía. Por eso siempre agradecida de mis compañeros y sensei (s).

He tomado un poco de estas enseñanzas y las he llevado a mi vida cotidiana. Sé que no se me olvidarán jamás, sobretodo porque este ha sido un año de bofetones.

sábado, diciembre 22, 2007

Te viví intensamente en un año

Estás en mis recuerdos tan claro, tan exacto que no puedo dejar de pensarte... de mirarte...
Mucho tiempo solía pensar en cómo estabas... pero jamás te llamé...
Mucho tiempo solía pensar si me odiabas o me querías... y nunca me aseguré de saberlo...
Mucho tiempo solía pensar si quisieras verme... y jamás te busqué...

Ahora me siento y reconosco como una estúpida e idiota, porque eso no se hace. Dejar pasar las cosas que sientes es dañino para uno y para los demás.

Los recuerdos que tengo contigo... de tí, son los mejores... aunque me lamento por algunos otros, que pudieron ser mejores, pero si hay algo cierto en ellos es que no se puede cambiar el pasado, tan solo tenemos en nuestras manos el presente.
Fuiste para mí alguien importante, muy importante.
Ahora que tan sólo vives en mi memoria... ahora si que de verdad no puedo hacer nada. Pero me dejaste una gran enseñanza y es que no se puede dejar nada para mañana, hoy... en nuestro presente debemos vivir, y si sentimos algo dejémoslo fluir, los sentimientos no deben retenerse dentro nuestro, no debemos guardar rencores ni amarguras absurdas.

Espero que seas el angelito de todos los que te quisieron y siguen queriéndote en esta tierra.
Miranos todo el tiempo y cuidanos desde allá arriba, porque sin duda estás junto a tu flaquito.

Te dejo un beso enorme, y que sea eterno.