martes, enero 15, 2008

Polaroid de un tema olvidado

La amistad, tema medio olvidado por estos días. Pero hoy, puedo decir que tuve un día genial, en el que recordé esos días de niña cuando juegas sin tomar en cuenta a nadie.
Como todos los días, mi amigo Mauricio va a hacer su ejercicio de natación para bajar todos los kilos que almecenó durante el invierno. Está muy apenado por su físico, pero se quiere de todas formas. Es gracioso verlo nadar, porque nada y nada durante como una hora, y al salir del agua va a comprar algo completamente grasoso para comer y seguir almacenando.
Hoy me llamó para que lo acompañara. Y como no tenía cosas más interesantes que hacer acepté la invitación, porque ya sabía lo gracioso que se venía.
Como de costumbre Mauricio fue a nadar una hora y luego fue a comprar algo grasoso para comer. Mientras tanto yo me había quedado tomando un poco de sol. Y mientras el comía yo me dedicaba a beber agua y leer la Cosmopolitan. Estábamos conversando cuando de pronto me levanté a sacudir un poco mi toalla y para estirarla. No acababa de hacerlo cuando de pronto veo a Mauricio con sus piernas en forma de alicate amarrando mis piernas y sin saber cómo... ¡uy! ya estaba en el suelo. Del puro remesón que sentí al caer, iba a pegarle una de esas miradas con las que intentas cachetear a alguien, pero no pude hacerlo porque me dió muchisima risa verme tirada en el suelo por lo "bromista" que es mi amigo. Ya cuando se me estaba agotando la risa me pongo de pié pero evitando que Mauricio volviese a arremeter contra mí otra vez, ... y en eso, al primer descuido se tiró en picada y amarró mis piernas con sus brazos hasta nuevamente botarme al suelo, pero esta vez no solo me dejó tendida en el suelo, sino que finjió además ser una aplanadora y pasó sobre mí rodando como unas 4 o 5 veces.
La verdad es que al leer podrían imaginarse que de todo esto me llevé unos cuantos moretones a la casa, pero no fue así. Porque había pasto y caí suave, así que no se preocupen. Bueno, y Mauricio dentro de todo fue cuidadoso.
Yo estaba muerta de la risa, no sé por qué. Tal vez por ver que Mauricio y yo nos estábamos divirtiendo como niños chicos, sin el típico: -Cortala!! que estamos en un lugar público-
Fue muy simpático salir con él hoy y traerme estos recuerdos para la casa, porque son anécdotas que uno tiene con sus amigos y que jamás se olvidarán.