domingo, junio 15, 2008

"La Lata"

¿Se han fijado como es que adoptamos palabras únicas para querer decir cosas completamente distintas? Hoy dirigí mi atención hacia la lata, y es que es lata muchas cosas, como por ejemplo:
Es lata la flojera: "Te ayudaría a trabajar, pero me da mucha lata"; "Me da lata trabajar"; "Me da lata hacer la cama"; "Me da lata ir a bañarme".
Es lata el aburrimiento, por no querer buscar qué hacer: "Estoy lateada!"; "Seguiría haciendo esta weá, pero es una reverenda lata".
Es lata la compasión: "¿Supiste lo que le pasó a la Treme? uy, sí, qué lata. Pobrecita"; "¿Cachaste que al Jesús lo clavaron en una cruz? chuuuu! qué lata".
Es lata la vergüenza: "Qué lata que el jefe me haya encontrado arreglandome los calzones"; "Qué lata que me hayan pillado flojeando"; "Qué lata llegar con las manos peladas al cumpleaños"; "Qué lata tener todo desordenado, pero pasen... asiento!" (esa me la he escuchado más de alguna vez, jajaja)
Es lata la pena: "Me da mucha lata como te trata ese huevón"; "Qué lata tener que irme".
Es lata cuando nos reprimimos: "Me da lata decirle que sí, si no me gusta"; "Qué lata tener que finjir"; "Me da lata decirle que no"
Es lata perder: "Pucha qué lata, no saqué niún peso en el raspe"; "Qué lata, él siempre gana"; "Qué lata, siempre me voy de perdices con esa galla".
Es lata el abuso de poder: "Pucha qué lata, siempre tengo que hacer lo que él quiere"; "La jefa nunca me deja actuar, qué lata"
Es lata la rabia: "Qué lata! hasta cuándo va a durar esta weá".
También es lata la gente que no nos agrada: "Ese huevón es una lata"; "Es una lata encontrarme con esa galla"; "Me da lata su voz de pito"

Y también qué lata tener que esribir esta weá, pero es que he estado pensando en que no sabemos comunicarnos como corresponde. Siempre generamos como parte del lenguaje palabras genéricas para referirnos a sentimientos que poco a poco nos van impidiendo la comunicación efectiva con quienes nos rodean.
¿Qué anda mal? ni siquiera yo lo sé bien, y es por una weá que siempre estamos acostumbrados a no decir lo que sentimos y entre nosotros mismos nos acotumbramos a seguir con esta paradójica forma de comunicarse, porque como por ejemplo cuando nos hablan con la palabra lata todos o la gran mayoría entendemos lo que quiere decir el otro, si ni los psicólogos ayudan con esta weá, es muy raro, ellos también entienden cuando les hablas de la lata y tampoco te piden que extrapoles lo que en verdad te pasa porque los huevones cachan al vuelo y te aconsejan sin necesidad de tener que llegar tan a fondo.
Ya ni quiero seguir escribiendo esta weá, es una lata la weaita de tener que preguntarme cuestiones acerca de la lata, aunque me gustaría discutirlo un poco más... pero filo, me da lata.

1 comentario:

Anónimo dijo...

en fin querida, que lata!!!