domingo, diciembre 13, 2009

Las zapatillas son elemento importante en nuestra vida, son parte de nuestra niñéz y juventud. Uno las usa a diario y las cambia según cómo estén de gastadas las plantas, descocidos los bordes o simplemente por moda. Pero trascendentalmente a eso la zapatilla entrega lo que ningún otro zapato, es una especie de descanzo porque en ella no solo descanzan las plantas de tus pies sino también descanza tu mente entera. A lo que me refiero con eso es que llegada cierta edad, en la cual uno encuentra algún trabajo y/u oficio en el cual se desempeña laboralmente y más especificamente aquellos que tienen que trabajar con pinta ejecutiva y que debe usar su güen mocacín o su zapatito con taco pa las niñas, uno llega a su casa y tan solo quiere descanzar sus patitas en agua con sal como lo hacen algunas abuelitas hasta el día de hoy. A mi me pasa una cosa especial, si bien es cierto me encantaría el agüita con sal para mis pies, generalmente al llegar a mi casa me gusta mirar mis zapatillas y si es posible ponermelas y salir a caminar con ellas sin importar el cansancio que traiga del trabajo. Es como el descanzo necesario del diario vivir. Me gusta descanzar en ellas porque te traen una parte muy bonita de la vida, esa época en la que eres libre de las responsabilidades de trabajo y en las cuales puedes caminar y caminar cuadras desde la universidad hasta el centro sin mayores problemas o con los pies pidiendo auxilio. La zapatilla nos brindó lo más lindo de la vida, el poder llegar a interminables lugares sin tener que descanzar. Por eso creo que uno nunca debe olvidarla, y siempre debe haber un par en nuestro closet. Sin ir más lejos fue la unica compañera fiel a la hora de ir a mochilear, de salir a campamentos, de caminar cuadras y cuadras, la que te acompañó mientras arrancabas jugando al rin rin raja, o a la pelota o a la matanza.
le pregunté a un amigo por msn, qué le traía a la mente la palabra ZAPATILLA, pero no concordante a lo yo estaba pensando me dijo que no le traían muchos recuerdos de nada porque los zapatos de seguridad son su vida y se siente seguro con ellos y hasta le inspiran un aire de autoridad, bueno en fin... no todos pueden sentir igual.
Se me agolpan muchos sentimientos emotivos al momento de rememorar a la zapatilla. Quién olvidaría las zapatillas con luces que todos queríamos tener cuando eramos niños y que cuando fuimos adolescentes las encontrabamos enteras charchas y flaytes. O la zapatilla chapulina, la tipica converse roja que quisimos tener porque vimos la pelicula Amelie, o las Puma que estuvieron de moda y que ostigaron las pelolais, las Rebook con pinta ochentera, las zapatillas blancas que en otros tiempos exigían en los colegios para hacer educación física y todas aquellas ocaciones en las que la zapatilla formó parte importante de nuestra vida. Añoranzas que uno tiene cuando ya no se puede poner las zapatillas en al menos 44 horas semanales por trabajo.
Pensaba que deberían hacer zapatos dobles en los que uno pudiese ponerse la zapatilla y encima el mocacín o el zapatito de tacón, pero en verdad ya sé porqué no ha salido a la venta, tal vez alguien ya lo haya creado pero..... tremendo pie que se nos vería. Seguramente algún día eso estará de moda asi como han habido muchas cosas de moda extraña. No se si alguno recuerda esas zapatillas Donors que tenían una planta de como 10 cm de alto, igual raro y si las miramos hoy son tremendamente feas... pero se usaron, jeje. Espero las recuerden, eran como las de las Spice Girls.

Sería todo por hoy, voy a buscar mis zapatillas para ir al baño.

miércoles, diciembre 02, 2009

Tontera

Me preguntaba en qué ocaciones uno debe ser o parecer tonto.
Hace poco tuve la experiencia muy ingrata en la cual tuve que hacerme la tonta, o bien podria decirlo... tuve que dar a parecer que uno es huevona. No se para qué lo hice? Tal vez para sentirme en paz conmigo misma y quitar de mi vida cualquier sentimiento angustiante de rabia, pena o rencor. Tal vez, conversaciones con el Nico me hicieron hacer aflorar nuevamente mis sentimientos puros, como era antes y puedo decirlo con sinceridad me hicieron huevona quizás cuanto tiempo.
Maldito sea tu amor, tu inmenso reino y tu ansiado dolor, como diría Fito. Quisiera haber cantado en ese momento y gritado bien fuerte. Podría haber tomado cartas en el asunto y haber intervenido haciendo cosas pérfidas para desquitarme, pero al reflexionar lo que hice fue hablar con el implicado(a). Persona a la cual al exponer la situacion niega todas las falcedades que me ha hecho creer quien sabe cuanto tiempo. Lo unico que pude hacer, fue aguantarme las ganas de vomitar frente a esa persona, invitarlo a comer y hacerle creer que me tragué su mentirota una vez más (esta vez mentí yo, porque no le creí nada) y al ver que esa persona seguiría negando todo no insistí más y me hice literalmente la huevona. En ese momento de mi vida tenía dos caminos tomé aquel de quedar de tonta, al de hinchapelotas para que te digan la verdad a una persona mentirosa y que planea mentir hasta el final de sus días, porque quien miente no le miente al que tiene en frente sino se miente asimismo.
Así fue que perdí una quien sabe... amistad? bueno, ya ni me importa uno no necesita amistades asi.