viernes, febrero 08, 2008

THE MAN IN RED

A veces resulta dificilísimo describir las sensaciones que nos inspiran en determinados momentos, por eso hoy relataré la historia de una chica que paseaba por el centro de Concepción esperando nada después de largas sesiones de recuerdos de un amor que ya no puede tener más, pero ese día se dedicó a mirar, a sentir a flor de piel cada sensación que pudiese percibir. En eso, mientras caminaba encuentra a lo lejos un hombre que maquillaba su cuerpo de rojo, a torso descubierto y con un pantalón de buzo viejo, pero lo dejó pasar. Y así ella siguió su camino… sin rumbo... sólo dejando fluir sus sensaciones inserta en una comunidad de gente materialista, preocupados tan sólo por ellos mismos y que caminan como si el mundo se fuese a acabar.
Al llegar al final del camino, la chica dio media vuelta y volvió por el camino original.
Se encuentra nuevamente con el hombre de rojo, pero con su indumentaria lista. Lo que ella había visto era un joven que se paraba en medio del paseo peatonal como estatua humana y que por cada moneda recibida se movía. Estuvo un largo rato moviéndose puesto que la gente no cesaba de darle monedas, pero de pronto la chica sintió la mirada de la estatua sobre ella y se sintió extraña, incluso se sonrojó porque la estatua estaba detenida pero buscaba la mirada de aquella chica. Como la estatua se encontraba detenida, la chica se acercó lentamente hasta que encontró la caja de cartón y puso una moneda en ella... la estatua comienza a moverse y a hacer un clase de piruetas para la chica... ella se aleja un poco, pero sigue mirando. El chico vestido de estatua la busca y la busca, por más que ella cambiaba de posición, y en eso… él le regala un beso y se detiene.
Mientras tanto, un niño pone una moneda en la caja y la estatua se mueve otra vez, pero esta vez dibuja la forma de su cuerpo como si la estuviese tocando, ella se siente desnuda y no deja de mirarlo, pero ya no se sonroja.
El tiempo pasó rápido y el chico no quería dejarla ir, pero ella debía volver a su casa. La chica aseguró su bolso bajo su brazo y se alejó.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Grande Carlitra... Lindos los daguerrotipos.

nos vemos...